jueves, febrero 02, 2006

Corte

(Por la Mayte)
¡Jo, que Corte!, lugar de residencia de los Erasmus venidos de fuera de la isla, porque los de la isla se piran a su casa en cuanto llega el viernes.
Pintoresca ciudad cuyos habitantes hicieron la promesa firme hace 100 años de no renovarla y su deterioro forma parte de sus encantos. Podemos halar de que es una ciudad básicamente universitaria, pués cuando llega el viernes se convierte en una ciudad fantasma. LLama la atención el gran número de autobuses escolares que se concentran en el aparcamiento municipal que a las cinco de la tarde se llenan de niños y durante el día no se sabe donde están. En el colegio, sí, pero ¿donde está el colegio?
El comercio merece mención aparte. En el pueblo puede haber de todo, pero lo tienes que encontrar, no buscarlo. Lo único que está a mano son las pastelerías (tropecientas o más) y las pizzerías que las hay en carritos como los helados, en roulotes, en ventanas de los pisos bajos, etc. También dan negocio las cafeterias restaurante, que dan trabajo a un porcentaje muy elevado de estudiantes (sobre todo franceses y extranjeros que sean conformistas).
El nacionalismo corso se puede palpar. La gente es muy amable sobre todo con los españoles (bueno alguna gente, la del estanco no, el de la tienda de souvenirs de la esquina tampoco y los del hotel (si esos, los del ciber) menos, que aunque lleves el desayuno pagado te lo quitan el último día porque como te vas...
La comida es exquisita y abundante en Córcega en general y los dessert (no se si se escribe así) hummm..!
No busques una zona llana en el pueblo porque no la vas a encontrar, siempre hay que mirar hacia arriba o hacia abajo. Siempre estás subiendo o bajando. Supongo que hay que acostumbrarse.
Tiendas de moda hay dos ó tres como mucho, pero de firmas. Mejor no entrar pues los escaparates parecen
Transilvania en El Corte I. y te da susto hasta los precios. ¡Pero como se puede pedir 150 € por un jersei negro dado de sí y además con bolitas!Porque domina el negro. Yo creo que las niñas lo llevan hasta en la ropa interior por norma. Todas visten igual, las mismas gafas, las mismas botas corsarias(nunca mejor dicho) y esos collares de bolones que se les cae una bola a un pie y se lo esguinza. Las normas de tráfico son muy suyas, en el centro de la ciudad no hay control de velocidad, cada uno va como le da la gana. pueden ir a 100 por la calle principal y frenar de golpe porque van a comprar el pan o pararse a echar la charla con algún conocido y formar un atasco de kilómetros sin que nadie toque el claxon. ¡Increible!
El paisaje es lo mejor que tiene.La naturaleza es uno de sus principales atractivos, por eso entiendo que no les interese dotar de rehabilitaciones exteriores al pueblo, porque seguramente el turismo lo tomaría al asalto. La tecnología y el modernismo lo tienen para ellos dentro de sus casas, pero por fuera ni se nota.

¿Qué hace un estudiante en Corte?
Deporte, leer y estudiar (si quiere) jugar a la petanca y valorar mucho la amistad que hace con los demás erasmus porque forman una familia que a la fuerza tiene que estar junta.O por lo menos esa es la información que me llega y que se que es verdadera.
¡Estoy contenta de que mi muchacho esté alli y aunque lejos o mal comunicado es un buen sitio!(¡ojo! digo sitio, de la Universidad me traje mis dudas)